lunes, 29 de enero de 2007
Los problemas más importantes
Que no, que los problemas no son la financiación de la Iglesia y la asignatura de Religión. Que, aunque el primero se haya resuelto -por ahora- y el de la clase de Religión parezca que no va por mal camino, ésos no son los temas más importantes. Son, seguramente, los que más hemos usado desde hace años los medios de comunicación para bombardear a los sufridos lectores, pero no son los que acercan o alejan a las personas a Dios.
Es que algunos parecen convencidos de que si se resuelven esos dos escollos, todo en nuestra Iglesia va a ir como la seda. Y, sin embargo, me parece que hay otros problemas que no salen en los periódicos y que le restan más fuerza a la Iglesia que la dichosa financiación y la asignatura de Religión. Por ejemplo, la inmadurez de muchos laicos, que todavía esperan que el cura lo haga todo. Con tal de ir los domingos a misa y echar algo en el cepillo, creen que ya han cumplido. O el excesivo control de algunos curas y obispos, que no permiten que se cambie de sitio un papel sin su permiso. O los muchos profesores de Religión que trabajan sólo por su salario, y no con un impulso realmente evangelizador. O los temores y complejos de muchos creyentes que van con la cabeza gacha pidiendo perdón constantemente por «los numerosísimos errores de la Iglesia a lo largo de la Historia». O los políticos que se dicen católicos y que se deben de dejar la conciencia en casa cada vez que votan en el Parlamento. O los catequistas que dan una fe aguada a sus catecúmenos por el temor de que éstos les den la espalda (y se la acaban dando). O los padres católicos que están preocupadísimos por que sus hijos aprendan inglés, alemán, tenis, informática, natación y una lista larguísima de cosas más, pero que no enseñan a sus hijos a rezar.
Estoy convencido de que hace más por su fe el testimonio de un católico auténtico que la mejor de las negociaciones sobre financiación con el Gobierno.
Publicado en La Razón 21/01/2007
jueves, 25 de enero de 2007
Real Betis Balompié
Con el arte que te sobra, con la gente que te quiere, en el tiempo y la memoria, manque pierda tuyo siempre.
Corazón que late fuerte, sentimiento que desborda, tradición que desde siempre, es motivo de tu gloria.
Ole, ole, ole, ole Betis, olé. Ole, ole, ole, ole Betis, olé. Ole, ole, ole Betis. Ole, ole Betis. Ole Real Betis Balompié.
Tu corazón ya tiene un siglo, siente el calor de la afición que está contigo.
Ole, ole, ole, ole Betis, olé. Ole, ole, ole, ole Betis, olé. Ole, ole, ole Betis. Ole, ole Betis. Ole Real Betis Balompié.
Eh, oe, oe. Eh oe, oe. Eh, oe, oe. Eh, oe, oe.
Mucho más que un sentimiento, que un escudo, una bandera, mucho mas que todo eso, mas allá de las fronteras.
Siempre habrá alguien que diga, "Viva er betis manque pierda", y así sonarán los sones al final de La Palmera.
Ole, ole, ole, ole Betis, olé. Ole, ole, ole, ole Betis, olé. Ole, ole, ole Betis. Ole, ole Betis. Ole Real Betis Balompié.
Tu corazón ya tiene un siglo, siente el calor de la afición que está contigo.
Ole, ole, ole, ole Betis, olé. Ole, ole, ole, ole Betis, olé. Ole, ole, ole Betis. Ole, ole Betis. Ole Real Betis Balompié.
Tu corazón ya tiene un siglo, siente el calor de la afición que está contigo.
Ole, ole, ole, ole Betis, olé. Ole, ole, ole, ole Betis, olé. Ole, ole, ole Betis. Ole, ole Betis. Ole Real Betis Balompié.
miércoles, 24 de enero de 2007
Bailaré sobre tu tumba
Te mataré con mis zapatos de claqué,
te asfixiaré con mi malla de ballet,
te ahorcaré con mi smoking,
y morirás mientras se ríe el disc-jockey.
Y bailaré sobre tu tumba.
Te degollaré con un disco afilado,
de los Rolling Stones, o de los Shadows,
te tragarás la colección de cassettes
de las Shan-Gri-Las o de las Ronettes.
Y bailaré sobre tu tumba.
Te clavaré mi guitarra,
te aplastaré con mi piano,
te degollaré con mis platillos,
te trepanaré con mi órgano Hammond.
Y bailaré sobre tu tumba.
martes, 23 de enero de 2007
lunes, 22 de enero de 2007
domingo, 21 de enero de 2007
Evangelio de hoy: Lc 1, 1-4; 14-21
sábado, 20 de enero de 2007
viernes, 19 de enero de 2007
jueves, 18 de enero de 2007
miércoles, 17 de enero de 2007
No lo sé
mi guitarra no consigo afinar
mi viejo coche ya no anda
mi viejo perro ya no puede más
y todos me preguntan si estoy triste
desde que ella se fue
y yo siempre contesto, no lo sé.
Tengo un amigo al que no veo
tengo una cita pero no voy a ir
los de mi grupo se perdieron
no sé bien qué es lo que hago aquí
con todos preguntando si estoy triste
desde que ella se fue
y yo siempre contesto, no lo sé.
Tengo un canario que no canta
flores secas que olvido tirar
tengo un armario de fantasmas
tengo un billete para ningún lugar.
Tengo una barca en el desierto
y un caballo en el fondo del mar
tengo un hogar donde no duermo
y alguien me espera en algún lugar
y mientras me preguntan si estoy triste
desde que ella se fue
y yo siempre contesto, no lo sé...
domingo, 14 de enero de 2007
Evangelio de hoy: Jn 2, 1-11

Imagen extraída de: http://hijodedios-evangelio.blogspot.com/
sábado, 13 de enero de 2007
DioS es plural
¿Quién puede imaginar un club de fans o una asociación deportiva compuesta por el cantante en cuestión, o los jugadores del equipo, y yo? ¿Duraría? ¿Con quién compartir la vibración del momento en que, por privilegio especial nos (me) permiten el acceso a camerinos a por un autógrafo en persona? ¿A quién abrazar en el momento del esperado o sorprendido GOL? ¿A quién mirar transmitiendo el brillo en los ojos que expresa todo lo que bulle sin necesidad de palabras? ¡Qué tontería! No es ni imaginable porque no tiene sentido, es incompatible hablar de club de fan sin ellos, el plural lo dice por sí mismo.
No soy fan de Alejandro Sanz, aunque me gusten algunas de sus canciones, ni socia del Cádiz club de fútbol pero... ¿cuánto tiempo duraría apasionada por el Señor acudiendo sola a estar con Él, celebrando sola una Navidad o Pascua de Resurrección sin nadie que entienda las lágrimas que brotan por la emoción, o los bostezos por el sueño en alguna que otra oración...?
¡Qué tontería! No es imaginable si quiera, porque no tiene sentido, es incompatible hablar de Dios sin hablar de más de uno, de humanidad, de relaciones, de afectividad de... pues ¿qué estamos celebrando sino el regalo y la sorpresa de encontrarle, unidos, en la encarnación? Es incompatible hablar de Dios y no hablar al mismo tiempo de Iglesia.¿Quién soy? Desde la encarnación “el nosotros de Dios”... y el plural vuelve hablar por sí mismo. ¿A quién pertenezco, cuales son mis raíces? No hay que inventarlas, sólo recordar que bajo tierra están, y desde ahí dándonos vida, manteniendo y sosteniendo nuestro ser, nuestra identidad. Ese es su sitio, y como la cabeza la solemos llevar bastante alta, vemos que hay horizonte sí, pero porque hay tierra, hay esperanza sí, pero porque hay raíz, hay sueños sí, pero porque hay sabia. Sólo hay que parar, escuchar y reconocerlo: Iglesia. Sé que soy Iglesia, siempre lo he “sabido” ¿experiencias de Iglesia? las que me hacen sentir en casa, las que hacen vibrar, templar y sonreír a mi raíz ¿A quién pertenezco? A la Iglesia. Lo sé.
Y es que tiene su lógica. “Cuando dos o más se reúnen...” (deporte, asociación, peña de carnaval o de caza) da gusto pasar cerca y respirar la vibración que desprenden, el olor, el sabor, el ruido, la música... porque comen y beben juntos, ríen y cantan juntos, celebran y sufren juntos, luchan juntos, buscan y encuentran juntos (la lotería la han jugado juntos, la repartirán juntos si les toca y seguramente la gastarán juntos) Y es que tiene su lógica. Ese juntos es el Señor, el que moviliza y hace VIDA desde la raíz. Siempre nos han exhortado a levantar la cabeza, llevarla alta y no como un avestruz (pobre animal...qué nos ha hecho él) Hoy os invito a imitarle de vez en cuando, agacha la cabeza hasta que se hunda en la tierra y ahí encuéntrate con tu raíz, nuestra raíz ¡es el Señor! Y déjate sorprender porque ahí, abajo, hay un núcleo, un centro, sólo uno, y para todos. Descúbrelo, o haz memoria y RECREALO.